Los primeros efectos del bótox o toxina botulínica aparecen entre tres y cuatro días después de su aplicación. Estos efectos ayudan a reducir las arrugas faciales producidas por los gestos en el tercio superior del rostro (frente, entrecejo y contorno de ojos), dando como resultado un aspecto más suave y una impresión más juvenil.
Los resultados máximos de la toxina botulínica se suelen conseguir a los 15 días. En este momento se realiza una revisión si es necesario para optimizar el resultado final. La mayor relajación muscular se observa en los tres primeros meses, pero en algunos pacientes el efecto puede durar hasta seis meses.
Poco a poco, estos efectos van remitiendo y las líneas de expresión naturales vuelven a aparecer, lo que lleva al paciente a decidir continuar con el tratamiento. Los tratamientos repetidos a largo plazo conducen a una reducción progresiva de la intensidad de las arrugas.
Para respetar la dinámica del rostro y la belleza natural de cada individuo, preferimos un enfoque más cuidadoso en la cantidad de producto utilizado al principio y un cuidado posterior más detallado. Tratamos a cada paciente de forma individual y adaptamos el tratamiento a sus necesidades y deseos específicos, manteniendo al mismo tiempo un aspecto natural.
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